El deshielo – Leticia Moneta y Felipe Benegas

Larría (2024)

SINOPSIS:
¿Se puede narrar la tragedia que nos funda? ¿Existe el verbo que pueda articular su condición de verdad? Un accidente en una ruta uruguaya es el centro de gravedad alrededor del cual giran los sobrevivientes de esta novela fragmentaria, vibrante, ectoplasmática. Con una sensibilidad cruda, erizada por los filos del humor y la poesía, la protagonista y narradora de El deshielo sale a la caza de ese vacío y en su intento de nombrarlo, de, al menos, trazar una silueta que lo contenga, se desensimisma para reconocer que las ruinas son siempre algo más que ruinas, y que, como decía Calvino, algo crece y hay que darle espacio. Los fantasmas nunca están donde esperamos que estén. Nosotros tampoco estamos donde creemos que estamos.

RESEÑA:
Un accidente automovilístico que rompe en pedazos a una familia. Una niña que sobrevive y busca entender, enmendar, reconstruir desde los escombros.

La protagonista emprende un viaje a Uruguay para desenterrar esta vieja historia familiar que le costó muchas heridas.

Preguntas sin respuesta, resentimientos, y mucho dolor. Una niña de tres años que se sumerge en unos recuerdos que trastabillan, que no están firmes.

Lo único tanjente es la sangre. La sangre de sus padres en el asfalto. El llanto, el horror y la posterior soledad. El quiebre entre los tres hermanos.

En este diario, la protagonista recopila datos, citas, información, para encontrar el culpable de una desgracia que le quema la piel hace años.

La búsqueda de una identidad llevará a esta mujer hasta el final, pero, ¿realmente queremos saber la verdad?

No es una novela policial pero está cargada de suspenso. El lector empatiza con la niña profundamente dañada y su historia de sobreviviente.

8/10⭐️